“ Donde fueres, haz lo que vieres. “

Esta frase hecha, fue la respuesta mayoritaria, a la pregunta de por qué usaron o usarían la vestimenta recomendada, para visitar un país musulmán. Fue una publicación que subí a Facebook ,en diferentes grupos de mujeres viajeras.

Mi intención es echar una mirada crítica, como viajeras, a la casi automática adaptación que hacemos en cuanto a vestimenta y formas de conducirnos en el mundo musulmán, cuando no compartimos ni su religión, ni sus costumbres, sin reciprocidad.

Recomendaciones, obligaciones de algunos países musulmanes.

¿Por qué solo las mujeres debemos ser las que cambiamos el atuendo?

Segun Nahat el Hachmi, escritora española de origen marroquí :

«La idea de fondo sigue siendo que el problema es el cuerpo de la mujer, nunca el comportamiento del hombre. Todo radica en que la mujer es responsable del deseo masculino y culpable del caos que, según los fundamentalistas, amenaza a la sociedad musulmana»

Nos cuenta, Alicia Moreno, sobre su viaje a Marruecos :

Alicia Moreno en Marrakech, Marruecos

«En todo momento me vestí con pantalones largos y cubrí mis brazos, en pocas ocasiones cubrí mi cabeza, por lo general llevaba el cabello atado, me descalcé en los lugares sagrados, aclaro que, al no ser musulmana, no tuve la posibilidad de entrar a una mezquita.

En los colectivos urbanos hombres y mujeres se sentaban separados, en una ocasión subió una joven extranjera que hablaba solo inglés, se molestó con un local porque no cedía el asiento a una mujer, comenzaron a discutir en un tono elevado hasta que la joven abandonó el transporte. Me llevó a la reflexión sobre el rol de los visitantes en cuanto a las costumbres y tradiciones del lugar que nos hospeda.

Los bares son terreno masculino, se sientan mirando hacia la vidriera o hacia la calle, como si fuera una tribuna. En una oportunidad, en un bar donde había un televisor, que transmitía una final de un torneo de fútbol, ingresé con mi marido y, ahí sí, todas las miradas se dirigieron hacia mi persona. Sentí que no era mi lugar y opté por irme.

Como en muchos lugares al pedir información, al realizar un trámite o al cobrar se dirigían a mi esposo como interlocutor principal y eso que la más curiosa y quien se especializó en regateo fui yo

La web oficial de turismo de Marruecos aconseja «no vestir provocadoramente para no ofender”.

Hassan, de la empresa Lo mejor de Marruecos, viajes a la carta, me contaba que él , como guía de grupos formados mayoritariamente por mujeres, les aconsejaba formas de comportarse y de vestir. Si no las cumplian, nada les pasaria, solo que tendrían que soportar las miradas de reprobación de la gente local.

En las calles céntricas de Estambul, la mezcla habitual de: mujeres cubiertas con el turbante o pañuelo islámico se cruzan con otras ceñidas y escotadas. En función de los barrios, predominan los escaparates de indumentaria moderna o de corte islámico; los cuerpos femeninos se tapan -hasta dejar ver sólo los ojos en algunos casos- o se descubren, según el cariz de la vecindad. En el campo, donde vive el 44% de los 73 millones de habitantes, apenas se puede elegir.

Por ejemplo en el barrio del Eyup, es donde más encontramos mujeres religiosas usando el chador negro. Al llegar al barrio en el minibus, nos bajamos en una parada muy alejada del centro social y al preguntar a los vecinos del lugar como llegar hasta el centro , noté que a mi, me ignoraban cuando les hablaba, sin tan siquiera darme el privilegio de mirarme.

Turquía, en los lugares turísticos, la gente es muy cercana y amable. En las poblaciones pequeñas, en el interior, son más conservadores y es más difícil comunicarse.

Estambul, Mezquita Azul.

La lista de países islámicos con códigos de vestimenta más rigurosos la encabezan Arabia Saudí y los Emiratos Árabes. En ambos territorios no se recomienda mostrar los brazos, las piernas o el cuello.

Así dice Paula Belenda, mochilera que recorre medio oriente desde 2017

«En Arabia Saudi  es normal que tú seas la única mujer que veas que no lleva la abaya y que eso te haga sentir incómoda o extraña, de nuevo, es decisión tuya llevarla o no. Si te sientes más cómoda simplemente póntela, pero no pienses que lo de no llevarla es faltarle el respeto a su cultura. Es una decisión personal, sin más»

Además, en el país está totalmente penado hacer proselitismo religioso, por lo que no se pueden lucir cadenas con crucifijos o imágenes religiosas. De hacerlo, las autoridades podrían detenerte.

Paula Belenda haciendo dedo en Arabia Saudi

Tampoco puedes visitar La Meca y la Medina, sino eres musulmán. Si te arriesgas, puedes ser arrestado.

Susana Suffredini y Evangelina Sammaroni, nos cuentan sobre Irán, país que visitaron juntas, en el 2017:

» En Irán, ya en la tramitación de la visa es necesario aceptar el uso de vestimenta según ciertos requisitos, la cabeza cubierta, la ropa debe incluir pantalón y camisa de manga larga y que cubra hasta la mitad del muslo.

El lugares considerados sagrados para el Islam-como el mausoleo de Fátima en Quom-, el uso del chador es obligatorio. La mayoría son negros.

En el resto de los lugares solo se exige el Hiyab, un pañuelo que cubre cabeza y cuello .

Irán es un país asombroso con una historia muy rica, la monumentalidad de los edificios sorprende, así como la amabilidad de su gente: son muy hospitalarios y serviciales con el extranjero.»

Evangelina Sammaroni y Susana Suffredini en Irán

Mirar siempre miran, porque eres distinta, más allá del atuendo que te pongas.   

Yo creo que sería más genuino que nos vistieramos con nuestro estilo. Sin intentar parecernos a nada . La mirada sobre nosotras siempre estará, más allá del atuendo que nos pongamos.

«Las costumbres nos toman en la cuna y nos abandonan en la tumba» Robert G. Ingersoll

Turismo Halal en Europa

¿Qué es ?

Turismo Halal  es un tipo de turismo diferenciado y dirigido a personas musulmanas, que se caracteriza porque presta servicios conformes con las enseñanzas y principios del islam y el derecho islámico. Podrían ser palabras equivalentes el anglosajón “muslim friendly”, o turismo musulmán.

El perfil del cliente, para empezar, es muy diverso. A pesar de la imagen monolítica y estereotipada que se tiene de los musulmanes en general en Europa, cada persona es un cliente único y espera que la oferta se adapte de forma casi personalizada a sus necesidades. Incluso el grado de importancia que tiene la fe islámica en cada caso varía. Hay personas más practicantes que otras; hay fieles que dan más importancia a la alimentación que a la vestimenta; otros que prefieren las instalaciones deportivas a las familiares, etc. 

Por ejemplo, en Madrid varias cadenas hoteleras de cuatro y cinco estrellas señalan en sus habitaciones la orientación a La Meca, facilitan alfombras y ejemplares del Corán para el rezo e, incluso, disponen de salas de oración. Otros establecimientos hoteleros ofrecen la opción de elaborar con reserva previa menús especiales para grupos de turistas musulmanes que cumplen con los preceptos del Islam, que prohíbe tomar carne de cerdo, insectos y reptiles, entre otros animales.

Tampoco debería extrañarnos. En la mayoría de destinos turísticos exóticos, hay hoteles muy occidentales, que no tienen nada que ver con las costumbres locales.

Pero hay un tema que sobrepasa el tema de vestirse de una forma o otra y es la seguridad. Y también diría la igualdad de derechos. Europa ha sufrido sangrientos atentados donde cientos de inocentes han dejado su vida. La mayoría de los habitantes de la comunidad saben que se trata de un islamismo radical que nada tiene que ver con el buen musulmán. Todos hemos sufrido las medidas de seguridad en los aeropuertos. Solo se pretende lo mismo.

Estando con una amiga en el aeropuerto de Manchester, aeropuerto terriblemente estricto con los sistemas de control de equipaje, vimos azoradas como cuatro mujeres con burka pasaban sin más, tampoco fueron cacheadas a la salida del arco y nosotros teniendo que sacar hasta una simple barra de cacao para los labios, en una bolsita aparte. Ahí es cuando te preguntas qué pasa con nuestros derechos a todos que seamos tratados de igual manera.

Francia fue el primer país europeo que prohibió el uso público del burka y el niqab. La prohibición está vigente desde abril de 2011. Poco después Bélgica, Países Bajos en el 2016. Bulgaria con excepciones. Austria 2017, Dinamarca 2018.

En muchos otros países europeos hay o ha habido discusiones sobre la necesidad o viabilidad de implementar una prohibición de este tipo. Entre ellos, en Alemania, Suiza, Estonia, Letonia, Lituania y Noruega. En España, hubo prohibiciones locales en partes de Cataluña, que luego fueron revocadas por la Justicia. En Italia, por último, existe una discusión sobre la prohibición del velo integral, enmarcada en una prohibición general, vigente desde la década de 1970, referida a prendas de vestir que dificultan la identificación.

Se habla de Islamofobia, xenofobia, racismo y muchas veces es verdad. Un ejemplo, desde mi punto de vista, es la prohibición del uso de burkini en las playas francesas . No es peligroso, ni ofensivo, no debería molestar a nadie. En piscinas, ya pasa por un tema de higiéne.

El desafío de Europa es encontrar la medida justa de control necesario en lugares públicos, que permitan la clara identificación de las personas, sin quitar derechos y libertades, pero no en detrimento de la seguridad.

Para terminar quiero dejarles una imágenes de Afganistán e Irán, para que elijamos, cuando digamos que respetamos una cultura que es diferente, a cual nos estamos refiriendo.

Susana

4 respuestas a «“ Donde fueres, haz lo que vieres. “»

      1. Interesantes experiencias de viajes. Otra cultura, otra forma de encarar este tránsito por nuestra vida, quizá su costumbre de ser relegada por el género y la obediencia, no tener voz que las represente, un día cambie, hay empeño en ello. Maravillosa experiencia de viajes! Gracias por compartir. Felicidades 🦋🌲🌼🌼

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